En
el Archivo General de la Nación, dentro del fondo Movimiento Marítimo, se
conserva la información de seis personas de origen Chino que ingresaron a
territorio mexicano, siendo el registro de la entrada más antigua de personas
de origen chino que entraron a México en el año de 1874 por el puerto de
Guaymas, Sonora.
La migración china a México se comenzó
a intensificar con el desarrollo de la industrialización de este país, por el
cual un gran número de migrantes chinos, que llegaron fueron trabajadores en
las líneas férreas. Los primeros chinos que llegaron fue como mano de obra
contratada para la construcción del ferrocarril entre Nacozari y Agua Prieta,
Sonora. Al finalizar los trabajos de construcción de las líneas del
ferrocarril, los chinos optaron por quedarse e incursionar en el sector
comercial y de servicios.
El 14 diciembre de 1899, en la ciudad
de Washington, D. C., Estados Unidos, China y México establecieron formalmente
relaciones diplomáticas después de firmar el Tratado de Amistad, Comercio y
Navegación, conocido como Tratado Sinomexicano, cuyo objetivo era poblar y
desarrollar económicamente las costas del norte de México, lo que les permitió
su entrada al país sin mayores restricciones, intensificó la presencia de
inmigrantes de origen chino en el noroeste del país, la posibilidad de ocuparse
en cualquier negocio y garantizó la protección de sus intereses. Esto sucedió
durante el porfiriato porque se les consideraba una fuente de mano de obra
barata.
En un informe del gobernador Corral, se
precisaba que en Sonora había 2 467 chinos distribuidos en58 de los 62
municipios.
El hecho de que los chinos empezaran a
desempeñar diversos trabajos no fue del agrado de los grupos de intelectuales y
nacionalistas, quienes comenzaron a construir un discurso de odio contra ellos
acusándolos de apropiarse del comercio mediano que impedía que los sonorenses
accedieran a puestos de trabajo o crearan sus propias tiendas. Entre los
argumentos también promovían la creencia de que los chinos tenían enfermedades
propias como sífilis, lepra y tracoma.
Para 1915, los chinos ya se habían
afianzado como la burguesía comercial de Sonora y su presencia era
particularmente importante en el noroeste del Estado.
Se calcula que entre 1902 y 1921
llegaron a México unos 40 mil inmigrantes chinos. Para entonces el periódico El
Triunfo de Nogales, daba la voz de alarma sobre la supuesta amenaza
china en el estado mucho antes de que iniciara la Revolución Mexicana.
Los gérmenes xenofóbicos del movimiento
antichino nacieron junto al inicio de la Revolución Mexicana, no solo por la
(conciencia mestiza), que revaloró el (nacionalismo), a partir del rechazo a lo
(extranjero), sino por su éxito económico.
En sus argumentos se advertía un
contenido ideológico muy relacionado con la creencia que se generalizó a
mediados del siglo XIX en países europeos primero y después en América, acerca
de que los chinos sufrían enfermedades altamente contagiosas, eran adictos al
juego y al opio, y que tenían falta de higiene; a estas razones se agregaron
además de que se adueñaban del comercio mediante una competencia deshonesta y
que eran enemigos del constitucionalismo.
En febrero de 1916, ya como gobernador
del Estado, Plutarco Elías Calles prohibió la migración china al Estado por
considerarla nociva, inconveniente e inadaptable y agregó dos nuevos artículos
segregacionistas a la Ley Orgánica del Gobierno y Administración del Estado.
Ambos artículos decretaron la creación de los barrios chinos (ghettos) para
resguardar a la población local de la exposición a posibles contagios.
Por los problemas diplomáticos que la
campaña implicaba para el país, Venustiano Carranza ordenó la anulación de las
medidas que violaban los derechos de estos inmigrantes, respaldados por el
tratado de Amistad y Comercio. De esta manera, el movimiento antichino se
debilitó, pero cobraría nuevo auge a partir de 1924, año en que el racismo fue
fomentado por el discurso nacionalista oficial en el contexto de la
construcción de la nueva identidad mexicana.
De los más de 6 000 chinos que había en
Sonora en 1919, para 1921 quedaban 3 600.
En Chihuahua, Coahuila, Nuevo León,
Sinaloa y Sonora, la inmigración china estuvo ligada a la minería y la
construcción del ferrocarril.
El gobernador de Sonora, Ramón Corral
Verdugo, mediante sus contactos con la Sociedad Oriental en San Francisco,
California, hizo posible la llegada de los chinos a nuestra entidad. En Sonora
trabajaron en el tramo del ferrocarril Guaymas-Mazatlán y las minas de Cananea.
Se dedicaron también al comercio de zapatos y ropa, y otros tipos de
establecimientos de servicios, como lavanderías, panaderías, planchadurías,
boticas, la siembra de pequeños huertos y la venta de productos alimenticios,
que fueron prosperando con el tiempo.
Durante los primeros años de la
convulsión revolucionaria, el profesor Plutarco Elías Calles se incorporó a un
grupo llamado Club Democrático Sonorense cuyo programa destacaba prohibir la
migración china a Sonora.
En 1916, José María Arana, profesor,
comerciante y presidente municipal de Magdalena, fundó y dirigió la primera
Liga Nacionalista Antichinos, dotando así al movimiento de una sólida
estructura partidaria para luchar desde la legalidad contra la preponderancia
de los chinos.
Dentro de la estructura de ese
organismo estaba María de Jesús Valdés, una maestra residente de Magdalena, y
Esmeralda Carrillo, quienes empezaron a participar en ese movimiento durante la
campaña en 1917 con discursos dirigidos a la mujer sonorense, hasta llegar a
presentar la imagen femenina en la esfera pública como guardián de la pureza
racial.
El 29 de abril de 1916, en un discurso
en Cananea, José María Arana señalaba nueve consecuencias negativas de la
presencia china en nuestro país.
Los argumentos de José María Arana
cobraron fuerza cuando relacionó la existencia de trabajadores extranjeros y su
llegada a México con el antiguo régimen. Esto debido a que durante el gobierno
de Díaz existieron contratos para traer mano de obra china desde el continente
asiático, momento en el que el movimiento de migrantes inició en mayor número.
La Liga Nacionalista Antichinos, se
valió de un periódico propio llamado Pro-Patria, para realizar una campaña de
concientización de la sociedad sonorense contra los chinos.
Los intentos por atajar el problema
chino fueron sistemáticos y prolongados. El programa del antichinismo antichino
organizado, se proponía lograr la prohibición de la inmigración china, vigilar
su higiene y clausurar los fumaderos de opio y las casas de juego de los
chinos.
En 1919, el gobernador de Sonora, Adolfo de la Huerta, ratificó la prohibición que su antecesor Plutarco Elías Calles, había promulgado contra la inmigración china.
La llegada de los chinos a trabajar a las líneas
férreas en sonora, es la historia mexicana que no se cuenta tan a menudo, es un
claro ejemplo de cómo los migrantes han ayudado mucho al desarrollo del país,
la construcción de el ferrocarril nos abrió puertas para modernizar y facilitar
el transporte de mercancías, lo cual fue un gran impulso económico, pero en
esta época la xenofobia y discriminación que sufrieron los asiáticos durante
esta época fue una de las más trágicas, por lo ocurrido en Torreón, un suceso
trágico del que no mucho se habla, por tal motivo en este blog queremos dar a
conocer la historia y toda la discriminación por la que los chinos han tenido
que pasar.
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